lunes, 5 de octubre de 2009

ANEMIA POR FALTA DE HIERRO EN LA ADOLESCENCIA

La adolescencia, periodo de vida comprendido entre los 10 a 19 años de edad, tiene sus peculiaridades y problemas de salud propios. Es que en esta edad de cambios rápidos, en que se gana hasta el 20 % de la talla adulta y el 50% del peso final adulto donde se produce aceleración del desarrollo manifestado en la aparición de los caracteres sexuales secundarios, ocurren situaciones que pueden llevar a los adolescentes a sufrir con cierta frecuencia enfermedades como la anemia.

En esta edad hay un aumento de la masa de glóbulos rojos en ambos sexos pero en mayor proporción en los varones, mientras en las mujeres la aparición de la primera menstruación y el inicio de ciclos menstruales que son inicialmente irregulares y abundantes- por ser anovulatorios los dos a tres primeros años desde que empiezan a menstruar- elevan el requerimiento de hierro por lo que para cubrir una demanda diaria debe ingerirse un mínimo de18 mg/ d (OPS), requerimiento que debe mantenerse en las mujeres por estas pérdidas mensuales fisiológicas a lo largo de su vida reproductiva.

Debemos recordar que en la actualidad muchos adolescentes tienen hábitos alimentarios muy desordenados e inadecuados: omiten el desayuno, almuerzo o cena o incluso las tres, reemplazan alimentos necesarios como la leche por jugos artificiales o bebidas gaseosas, abusan de alimentos ricos en grasas saturadas y productos con colorantes de alto contenido calórico pero sin contenido nutricional, etc. Esto se agrava si los adolescentes están utilizando dietas por su cuenta buscando mantener un peso determinado presionados por la idea que eso les ayudará a su aceptación y éxito social, cuando practican deportes u otras actividades sin recibir asesoría sobre los requerimientos nutricionales adicionales de acuerdo a la intensidad de su actividad sin saber que pueden incrementar las pérdidas de hierro por sudor y por descamación del intestino, y que esos requerimientos son mayores si es una adolescente embarazada o dando de lactar.

Esto explica porque en el caso particular de la anemia, hay una alta proporción de adolescentes mujeres y también varones que sufren de este problema sin diagnóstico, que se hace en forma casual durante las visitas de control normal o cuando acuden por otras razones con su pediatra. Por ello se debe recordar que es necesario pedir un control de hemoglobina, hematocrito y ferritina séricas a los 12 años en las mujeres y a los 14 años en los varones pues son las edades de máxima aceleración de crecimiento estatural, conocido también por los padres como el famoso “estirón”.Los niveles de hemoglobina normal para esta edad son de 13 g/ dl en el varón y 12 g/dl en la mujer, el hematocrito de 39 % en varones y 36% en mujeres y la ferritina sérica debe ser mayor de 25.

Una vez diagnosticada, la anemia debe ser tratada y es muy importante que el adolescente y sus padres sepan que el hierro vía oral, que puede ser el polimaltosado cuya absorción no se altera con alimentos, debe ser suministrado mínimo 6 meses para poder repletar los depósitos de hierro (ferritina) aún cuando ya se puede encontrar mejoría de los niveles de hemoglobina al mes de tratamiento y su normalización al segundo mes del tratamiento con hierro oral. Se pueden utilizar otros hierros como el sulfato ferroso pero con la precaución de usarlo alejado (una hora antes) de los alimentos para evitar alterar su absorción y estar pendientes de efectos adversos como dolor en la boca del estomago, náuseas, estreñimiento que se presentan con más frecuencia con éste producto.

Además se debe dar algunas pautas nutricionales: explicar que el mejor hierro es el de origen animal que se encuentra en las carnes rojas y pescado, pollo, vísceras (riñón e hígado) pero hay alimentos de origen vegetal que contienen hierro aunque en menor calidad y proporción como las menestras (lentejas, garbanzos), vegetales de hojas verdes: espinacas, achicoria, brócoli, zanahoria, zapallo además en huevos y leche. Que hay alimentos que pueden bloquear la absorción de hierro como los mates, el café, el té, el cacao, el calcio, la soya, el salvado, los cereales (trigo, avena, arroz, maíz), las gaseosas y el chocolate si son suministrados con los alimentos pues “secuestran” el hierro, que el usar jugos o refrescos naturales y ensaladas con limón al alimentarse pueden favorecer su absorción.

También tenemos que prevenir sobre la ocurrencia de eventos como deposiciones oscuras, estreñimiento, etc. Para evitar abandono del tratamiento y pedirle un control con exámenes de sangre en el siguiente mes a 2 meses para verificar no sólo la mejoría de los valores de laboratorio iniciales sino el seguimiento del cumplimiento de las indicaciones.

Recordemos que los adolescentes manejan hábitos y conductas alimentarias aprendidos desde sus familias, por eso es importante que cualquier alcance nutricional deba ser realizado involucrando a los padres y al adolescente con el fin de reeducar y lograr cambiar a hábitos nutricionales saludables.

En el caso de los adolescentes con sobrepeso y obesidad, hay diversos estudios que indican que padecen anemia igual que los de peso normal. Y aún cuando muchos padres toman con cierto recelo la solicitud de los exámenes para descartar anemia en sus adolescentes con sobrepeso y obesidad, éstos deben ser realizados explicándoles que si tienen el peso subido por alimentarse de forma no adecuada es probable que puedan existir nutrientes que no esta usando.

Los efectos de la anemia van desde el desgano, el fácil cansancio físico, la irritabilidad hasta bajo rendimiento escolar por alterar las funciones cognoscitivas por lo que su diagnóstico y tratamiento tardíos pueden afectar la vida y desarrollo normales de los adolescentes.

Como siempre la prevención es la mejor estrategia en salud, así que promover una alimentación balanceada, rica en hierro y controles médicos periódicos en los que se incluya el descarte de anemia durante la adolescencia son indispensables para conseguir un adecuado estado de salud en esta importante etapa de la vida.


Dra. Iliana Romero
Pediatra-Servicio de Medicina del Adolescente
Hospital del Niño

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